Día de las Personas Sin Hogar en la Parroquia Madre de Dios


El 25 de noviembre Cáritas Española celebró la Campaña NADIE SIN HOGAR con el lema “Son derechos, no regalos” y Caritas de la Parroquia Madre de Dios de Jerez realizó un “flashmob” en la eucaristía del pasado domingo para reflexionar esta realidad y poder llegar a ser comunidades acogedoras e integradoras.
La realidad de las personas sin hogar es diversa y compleja. Es más amplia de lo que pensamos, y la mayoría de las veces pensamos en el estereotipo: ¿Personas sin hogar? Son los sin techo, los que no tienen cobijo, lo que duermen en la calle. Y esto es cierto. Sólo en Jerez, cerca de 40 personas viven y duermen diariamente en sus calles.
 
Pero debemos caer en la cuenta que “personas sin hogar” también son:
 
Los que no tienen vivienda, que cuentan con un lugar para dormir, pero temporal, en instituciones o en albergues. O los que están en riesgo de exclusión por alquileres sin contrato o por situaciones de desahucio.
 
Por todas estas personas sin hogar, que tienen rostro, que tienen nombre, nos invitaron a contemplar con otra mirada su realidad. Ser sensibles ante esta situación, para denunciar, exigir y reclamar sus derechos fundamentales. Y ser capaces de acompañarlas en el proceso de recuperación de su dignidad.
 
PORQUE SON DERECHOS Y NO REGALOS, NADIE SIN HOGAR.
 
A continuación expresaron qué estaban anunciando y denunciando a través de la lectura del siguiente manifiesto:
Hola, somos los invisibles de esta sociedad. Día tras día vivimos en la calle y vemos la ciudad con ojos diferentes a los tuyos. Vemos como limpian las ciudades y como las limpian también de nosotros, de los sin techo, de los que estorbamos en todos lados. Cuando hay un gran acontecimiento (bodas reales, olimpiadas...) las ciudades lucen obras nuevas, flores, fachadas limpias de pintadas… y calles limpias de pobres; se nos oculta, estorbamos. Se cambia el mobiliario urbano con bancos sin respaldo o sillas más pequeñas para que no podamos dormir en ellos y tengamos que buscar otro sitio. Se nos expulsa, y se sabe que existimos pero no se nos tiene en cuenta. Algunos de nosotros nos volvemos “locos” en nuestro deambular, sin que nadie se dé cuenta de nuestro sufrimiento ni de nuestra situación. Porque no vale cualquier ayuda, que “hay quien ayuda sin saber”. Te dan dinero a la puerta del “súper” y eso te anima a seguir pidiendo, te conformas con la situación, pero en el fondo sabes que necesitas otra cosa: un trabajo, un hogar… Y no lo consigues y la gente pasa y no te mira o te echa unas monedas y la situación se te hace insostenible y bebes para tener fuerzas y aguantar la “indignidad” de no tener donde asearte, de pedir limosna, de no tener un sitio al que ir. Estamos hastiados de mendigar. Y no queremos tener que pedir nuestros derechos, que no son un regalo, son nuestros derechos para formarnos, para que nos atienda un médico, para que nos escuchen en los servicios sociales, para que nos atiendan en los juzgados… Nosotros queremos dejar de ser invisibles, queremos ser ciudadanos de pleno derecho.