El
sábado 10 de noviembre celebramos en la comunidad de CVX Tenerife un retiro como
parte del proceso de discernimiento para elegir nuestro PAC.
Compartimos
una eucaristía que comenzó por la mañana y transcurrió todo el día, a lo largo
de la cual vivimos muy variados momentos.
Escuchamos
en la celebración de la palabra la lectura de San Pablo en la que nos
reconocimos formando parte del Cuerpo, con muchos dones, muchos miembros y un
solo espíritu. El salmo nos recordó que si el Señor no construye la casa, en
vano trabajan los constructores.
Pudimos
también escuchar un audio de Aurora Camps en el que nos invitaba a servir, no
como un cuerpo de apóstoles aislados sino como un Cuerpo Apostólico y a incidir
de una manera profunda y estructurada en la sociedad y en la iglesia, en la
cultura y en las culturas, con la fuerza transformadora del evangelio.
Y
en éste, en el evangelio, el Señor nos invitaba a seguirle y vivir como Él:
llevando la Buena Nueva a los pobres, anunciar la libertad a los cautivos, a
los ciegos dar visión, y a despedir libres a los oprimidos.
Con
estas palabras nos fuimos de oración personal para buscar y hallar lo que el
Señor nos podía estar pidiendo como comunidad apostólica.
A
la vista teníamos en todo momento un dibujo simbólico del Cuerpo Apostólico en
el que cada uno veía anotadas las misiones personales de los miembros de
nuestra comunidad: familia, trabajo, espiritualidad, solidaridad, proceso
personal, etc. Muchos miembros, muchos dones, un solo Cuerpo y un solo
espíritu.
Después
de un almuerzo compartido, postre y un
café para despertarnos, continuamos con el momento de la homilía en la que
compartimos las mociones surgidas en la oración personal.
Allí surgían deseos de implicación política, de
denuncia profética, de transformación social y cambios de estructuras que me
hicieron agradecer a Dios por mi comunidad y amarla aún más si cabe.
Te
reconocí en ella, Señor, moviéndonos, desinstalándonos o no dejándonos
acomodar, buscando el mayor servicio y una mayor amistad contigo.
A
Ti queremos seguirte Señor, los dones que Tú nos das, ponerlos a tu servicio,
formar parte de tu misión en el mundo, vivir contigo tu proyecto en favor de la
vida.
Ser
CVX marca la diferencia entre desear hacer las cosas bien y desear hacerlas
mejor, allí donde estamos cada día.
Que
no nos quedemos cortos, pequeños o achatados sino que pongamos todo lo que
somos a tu servicio, en éste nuestro camino de la CVX, siendo CVX allí donde
estamos. Que al igual que la viuda del evangelio, pongamos todo lo que tenemos,
todo lo que somos…a tu servicio.
Acabamos
nuestro retiro y nuestra eucaristía con la fracción del pan y dándote gracias por tantos dones recibidos.
Seguimos,
Señor, en este proceso de discernimiento, a la escucha de tu palabra y
confiados en que tu Espíritu nos guíe y nos lleve a elegir bien.
Ana
Fuentes, CVX Tenerife