Enfermos y emigrantes


Daniel Izuzquiza SJ, director del centro Pueblos Unidos de Madrid (SJM)-España y redactor jefe de la revista Razón y Fe el 27 de mayo conversó en radio ECCA sobre la iniciativa SANIDAD PARA TODOS, nacida a partir de los cambios legislativos planteados en torno al sistema de Salud y muestra su preocupación ante unos cambios muy profundos tomados como una medida urgente.

El Parlamento español aprobó hace unos días una serie de medidas que suponen una reforma importantísima del modelo de servicio de salud de nuestro país. Desde hace casi tres décadas, el servicio de salud se orienta a atender a todas las personas que lo necesiten. Sin más preguntas, se atiende a personas con una u otra residencia, de uno u otro origen social, económico y cultural, de una u otra situación laboral.

De ahora en adelante, nuestro servicio de salud se orienta a considerar como sus propios clientes a aquellas personas que cotizan. El resto, en caso de que necesite su servicio, se cuela por la puerta de atrás y se da lugar así a una salud pública de dos niveles: la de los cotizantes y la de los pobres.

Entre los pobres, cabe destacar un grupo pequeño, el de los emigrantes sin documentación, que quizás podría llegar a 200.000 personas (en una población de casi cincuenta millones). Estas personas no tendrán ahora derecho a una atención normalizada en el Servicio de Salud. Se busca ahorrar y combatir eso que se llama el “turismo sanitario”, un fenómeno más bien marginal en nuestro país y que, en realidad, afecta poco a la población más pobre. Sospechamos que esta medida tendrá algunos efectos en otro sentido: estas personas sólo se acercarán al servicio de salud por la vía de las urgencias, servicio bastante más caro y saturado que el de la atención ordinaria; por tanto, la prevención, que siempre es más barata, no será el objetivo buscado del Sistema de Salud con las personas sin documentos aceptados en nuestro país; finalmente, sospechamos que estas personas, que quizás alguna vez tengan alguna enfermedad contagiosa, no se acercarán al Sistema de Salud sino cuando la enfermedad esté en curso avanzado.

En fin, que esta medida de ahorro podría conseguir que se saturaran nuestras urgencias y que se hiciera más difícil frenar los contagios. ¿De veras que es más barato? Por otro lado, permítanme la ironía, ¿será que los inmigrantes no son personas que necesiten nuestra atención? En fin, esa es la nueva situación para los enfermos inmigrantes.

Puedes oir y descargarte el podcast de esta entrevista en:
http://www.ivoox.com/salud-emigrantes-daniel-izuzquiza-audios-mp3_rf_1252363_1.html