Sobre el pasado Encuentro en Sanlúcar la Mayor

Jaime, de CVX Madre de Dios-Jerez, comparte con nosotros una reflexión sobre su experiencia en el II Encuentro de Fundamentación de CVX en Andalucía y Canarias celebrado del 25 al 27 de noviembre en Sanlúcar la Mayor (Sevilla).

Aunque hubiera miembros en mi comunidad que en la larga trayectoria como grupo hubieran tenido contacto con CVX, reconozco que en este fin de semana de noviembre he ahondado bastante en lo que es CVX y en lo que aspira a ser. Y digo esto último un tanto sorprendido de la juventud del movimiento –25 años en la Iglesia son poca cosa-, lo que me ha ayudado a comprender algunas de sus características y complejidades.

Los sentimientos experimentados en estos escasos dos días han sido variados: diría que pasé de una cierta confusión, si no decepción al final del primer día, a una siempre provisional seguridad de que CVX es una senda que ahora deseo seguir. Y me explico:
Rosa, Jaime, Auxi, Manuel y Carmelo en el momento de compartir en el "mini-grupo"
Confusión porque esperaba respuestas más claras, caminos un poco más andados en los tres campos apostólicos prioritarios. Aunque, precisamente, esto pueda ser todo un reto  y una posibilidad de aportar también desde nuestra comunidad. Decepción por confirmarme en la sensación de que se le da excesiva importancia a la estructura, a los cargos, a lo formal, que por momentos me hacía distraerme y distanciarme de lo principal: la Misión.
Pero la figura de Ignacio, su fuerza, su testimonio y los retos que su vida nos lanza aún hoy a los cristianos del siglo XXI, me hicieron volver la vista a lo esencial: a la voluntad de Dios, al Reino, a Jesús; y entender la CVX como una mediación –imperfecta- para el seguimiento de Jesús pobre, a través de una comunidad de laicos que beben de la herencia de Ignacio, y ofrecen a la Iglesia y a la sociedad, el tesoro de su espiritualidad.

Entonces pude identificarme con la opción por la justicia y por los empobrecidos, con la actitud crítica pero respetuosa con la autoridad, con tener en el corazón la experiencia vital y espiritual de Ignacio, y… con las personas…
Escuchar las vivencias de hermanos de otras comunidades locales, con sus dificultades y sus logros, me confirma que nuestra comunidad jerezana no es tan rara, que CVX es un cuerpo unido en y por la diversidad, y nosotros la hacemos un poco más diversa si cabe.

Por último, no puedo dejar de agradecer a José Antonio y Jesús por hacernos todo más fácil y sobre todo, haber hecho posible este encuentro.
Jaime, CVX Madre de Dios-Jerez