Sobre el encuentro de formadores-guías de CVX-E

En el avión, de regreso a Tenerife, hago memoria agradecida de tanto don recibido este fin de semana en Pozuelo. El don de las personas que me han acompañado, que he escuchado, de las que he aprendido muchísimo, de los que tanto han trabajado para que todo saliera bien.

Agradecida, Señor, por las experiencias compartidas, por las demás comunidades de esta gran comunidad de la CVX, por todo lo que a través de estos compañeros de camino me has enseñado y regalado este fin de semana…tanto por aprender unos de otros.

Gracias por haberme llamado a seguirte en esta vocación particular de la iglesia que es la CVX, por la necesidad que siento de formación y de crecer en coherencia y eficacia.

Me has hecho revivir el proceso de discernimiento vivido hace menos de un año, antes de entrar en el equipo de guías, cuando las mociones que sentía aún no las identificaba con el servicio del guía. Mociones que me llevan a descubrir y compartir el camino que tú me vas mostrando, a usar los medios y ayudar a usarlos para crecer en misión como cuerpo apostólico, a compartir lo que como don he recibido. ¿Cómo es posible que me llames a mí? Instrumento tuyo me siento, Señor, y deseo dejarte hacer.

Gracias por este sentido hondo de pertenencia a la comunidad de CVX que me regalas, por los proyectos ilusionantes que nos muestras a través de las personas y de las experiencias compartidas, por nuestro apasionante modo de proceder que es el DEAE.
Me siento orgullosa de esta comunidad de la CVX. Me siento CVX. Que no olvide nunca que todo es un medio para más amarte y seguirte, que la CVX no es el fin sino un medio para servirte a ti, Señor.

Agradecida Señor sobre todo, porque nada de lo que siento, vivo o comparto es mérito mío sino que es don, es una gracia que me Tú cada día me regalas.

GRACIAS

Ana Fuentes, CVX-Tenerife