Cierre de los CIEs ya


A Grace* la encontraron muy enferma en una patera, víctima del despiadado
negocio de la trata. Durante su primer mes de internamiento, no recibió
tratamiento médico alguno. Ashia* comenzó un día a sangrar profusamente,
pero tardaron una semana en atenderla. Tras practicarle un aborto la
devolvieron al centro. A LIiana* le separaron de su marido nada más llegar,
pero lo que más le angustió fue que le arrebatasen a su bebé de 18 meses
durante casi una semana.

Por desgracia, estas historias no son ficción. Cada año, miles de hombres,
mujeres y niños se enfrentan a condiciones similares en los nueve "Centros
de Internamiento para Extranjeros" (CIE) que operan, a menudo sin control
judicial, en nuestro país. La actual Ley de Extranjería exige al gobierno la
adopción de medidas para regular los CIE y garantizar un trato digno a las
personas internadas, pero después de 20 meses, el tema sigue en punto
muerto. Ahora, con las elecciones a la vuelta de la esquina, una gigantesca
protesta ciudadana podría forzar a nuestros dirigentes a comprometerse
públicamente a tomar medidas inmediatas en la próxima legislatura.

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