Se cumplen 413 años desde el fallecimiento en Brasil de un insigne lagunero: José de Anchieta. El joven canario, tras estudiar en Portugal, se hizo miembro de la Compañía de Jesús y fue enviado a Brasil.
El autor de la escultura con la que Anchieta adorna la principal entrada actual a la ciudad de Los Adelantados lo esculpió con unos pies enormes y en movimiento. Y es que Anchieta, siguiendo la consigna dada por Loyola, el fundador de los jesuitas, entendía que su vida era para “discurrir por el mundo”, (citamos literalmente).
No tuvo miedo a los caminos. Por más que no estuvieran trazados y supusieran siempre una aventura. Esos caminos geográficos, tenían también una dimensión cultural: fue de los primeros que entendió que el Evangelio no es propiedad de ninguna cultura y que ningún pueblo de la tierra tiene que renunciar a su propia identidad para sentir como propia la Buena Noticia de Jesús.
Hoy en día, como Iglesia estamos llamados a hacer caminos nuevos, no siempre trazados, no siempre dibujados. Y esos caminos se hacen en la convicción que lo de Jesús no solo fue, sino que es y será una noticia buena y nueva para cada rincón luminoso de nuestro planeta. Parece que eso lo podemos aprender del caminante Anchieta.
El autor de la escultura con la que Anchieta adorna la principal entrada actual a la ciudad de Los Adelantados lo esculpió con unos pies enormes y en movimiento. Y es que Anchieta, siguiendo la consigna dada por Loyola, el fundador de los jesuitas, entendía que su vida era para “discurrir por el mundo”, (citamos literalmente).
No tuvo miedo a los caminos. Por más que no estuvieran trazados y supusieran siempre una aventura. Esos caminos geográficos, tenían también una dimensión cultural: fue de los primeros que entendió que el Evangelio no es propiedad de ninguna cultura y que ningún pueblo de la tierra tiene que renunciar a su propia identidad para sentir como propia la Buena Noticia de Jesús.
Hoy en día, como Iglesia estamos llamados a hacer caminos nuevos, no siempre trazados, no siempre dibujados. Y esos caminos se hacen en la convicción que lo de Jesús no solo fue, sino que es y será una noticia buena y nueva para cada rincón luminoso de nuestro planeta. Parece que eso lo podemos aprender del caminante Anchieta.
Lucas López SJ.