IX DOMINGO del TIEMPO ORDINARIO

Evangelio Mateo 7, 21-27
Jesús dijo a sus discípulos:
No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?»
Entonces Yo les manifestaré: «Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal».
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande.
Orar en Domingo:
- Fe auténtica o superficial, por Pedro Juan Díaz
- Construyamos en firme, por Javier Leoz
- La religión a examen, por Enrique Martínez Lozano
- Una mensaje diáfano, por José Enrique Ruiz de Galarreta sj