EDUCAR, una OPORTUNIDAD, por Julia Navarro

Le conocí hace unos días, recién llegado de Congo y Kenia. Se llama Daniel Villanueva, es jesuita y me contó la labor de Entreculturas, una ONG que lleva la educación a los lugares más recónditos y conflictivos del planeta. Dani coordina el departamento de África y se dedica a pergeñar proyectos que sirven para que niños que sufren las consecuencias de conflictos armados y viven en campamentos de refugiados, que subsisten en situación de pobreza o han sido víctimas de un desastre natural tengan la oportunidad de la educación.
Me habla de "las escuelas blandas", que montan bajo una tienda de lona en cualquier rincón. O de cómo están abriendo escuelas en Chad, un país musulmán, pero en el que los jesuitas llevan años trabajando con el respeto de la población. "Lo que hacemos es implicar a los padres y formar a los profesores, la escuela es de ellos, ellos tienen que gestionarla, aunque les ayudemos". Los padres la construyen. A veces es un chamizo de paja, otras un bloque de cemento, tanto da. Se trata de darles un futuro, instrumentos para salir adelante.