Oración desde el V Encuentro de Migraciones


Manolo Enciso nos hace llegar un fragmento de la oración, de estilo Taizé, que han compartido en la noche del viernes, dentro del V Encuentro Europeo de CVX de Migraciones.

"La opción por la alegría no es una evasión lejos de los problemas de la vida. Al contrario, ella permite mirar a la realidad de frente, incluso en el sufrimiento. La opción por la alegría es inseparable de la opción por el hombre. Ella nos colma de una compasión sin límites.
Gustar, aunque sea un poco, la alegría de Dios, hace de nosotros mujeres y hombres de
comunión. El individualismo como camino hacia la felicidad es una ilusión.
Ser testigos de la comunión supone tener el valor de ir contracorriente. El Espíritu Santo nos dará la imaginación necesaria para encontrar cómo hacernos cercanos a los que sufren, escucharlos y dejarnos tocar por las situaciones de angustia.
El camino de la felicidad, en el seguimiento de Jesús, consiste en el don de nosotros mismos, día tras día. Por nuestra vida, con gran sencillez, podemos expresar el amor de Dios.
Uno de los signos de nuestro tiempo es la bella generosidad con la que innumerables personas han ayudado a las víctimas de las dramáticas catástrofes naturales. ¿Cómo puede esta generosidad animar nuestras sociedades, también en la vida cotidiana?
Por necesaria que sea la ayuda material en ciertas situaciones de emergencia, ésta no es suficiente. Lo que importa es hacer justicia a los despojados.
La inmigración es otros signo de nuestro tiempo. A veces es percibida como un peligro, pero es una realidad ineludible que ya está modelando el porvenir. Otro signo de nuestro tiempo es la creciente pobreza en el interior de los países ricos, en los que a menudo, el abandono y el aislamiento son las primeras causas de la precariedad.
La acumulación exagerada de bienes materiales mata la alegría. Ella nos atrapa en la envidia. La felicidad se encuentra en otra parte: al escoger un estilo de vida sobrio, al trabajar no sólo por el beneficio, sino para dar sentido a la existencia, al compartir con los demás, cada uno puede contribuir a crear un futuro de paz. Dios no nos da un espíritu de temor, sino un espíritu de amor y fortaleza interior."

Puedes leer el texto íntegro aquí.