Tan hondo como Honduras

Trinidad Viña de CVX-Tenerife comparte esta reflexión a partir de su visita a Honduras

No sé en qué momento mi vida tomó un giro definitivo, no puedo ponerle fecha concreta, pero sí un nombre concreto: Jesús… podría resumir esta vivencia con una frase de Jorge Méndez en una oración titulada Balbuceos de lo eterno, que termina así: “Cuando digo Dios, digo plena humanidad, digo esperanza, digo JESÚS”.

Fue esto lo que me ha ido poniendo en camino hasta dejarme caer este verano pasado en Honduras, como término y comienzo a dicho camino.
Este camino comenzó en abril de este año, tras decidir que sí, que definitivamente este era el momento perfecto para lanzarme y decir que sí. Y se dio la situación concreta, al conocer de forma “casual” ACOES (Asociación, colaboración y esfuerzo: ONG) que abría sus puertas, los brazos y hasta el corazón para acogerme.
Ya en este primer encuentro en la Asamblea Nacional en España, me sentí como en familia alrededor de gente que no conocía de nada, pero con las que compartí unos días intensos, sintiendo cómo se mueve la gente, cómo lucha y sobre todo, como espera con esperanza… si vale la redundancia.
Así, llena de muchas dudas y miedos, pero a la vez cargada de ilusiones, el 30 de Julio aterricé en Honduras… y al fin puse los pies en esa otra tierra, ese otro mundo, ése, que no pertenece a nuestro primer mundo, ni tampoco al segundo…, aunque no sé donde se encuentra el segundo mundo y eso me da qué pensar

Nada más llegar, me esperaban un grupo de hondureños que son el ACOES real y vivo de todo esto. Nos saludamos, nos abrazamos como si fuéramos viejos conocidos, y nos montamos en el carro, camino a lo que sería en los siguientes 40 días, mi hogar. La visión de noche camino a casa de las calles, la forma de conducir, de hablar y gesticular ya comenzó a hacer efecto en la mente y el corazón. Las calles sucias, sin orden ni concierto, las casas de 4 maderas o en su defecto latón, y la sensación de extrañeza en el cuerpo frente a todo un mundo nuevo y desconocido para mis ojos me hizo pasar una primera semana llena de miedos e inseguridades.


Léelo íntegro en la web de la Red Ignaciana de Canarias: http://www.redanchieta.org/spip.php?article734