DOMINGO I de ADVIENTO

DEL EVANGELIO DE MATEO (24, 37-44
Dijo Jesús a sus discípulos: Lo que pasó en tiempos de Noé, pasará cuando venga el Hijo del Hombre. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y, cuando menos lo esperaban, llegó el diluvio y se los llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el hijo del Hombre. Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán. Dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Estad en vela, porque no sabéis el día que vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora iba a venir el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad vigilantes, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
Orar en Domingo:
- Una parábola, por José María Maruri sj
- ¡Abramos los ojos!, por Javier Leoz
- De las espadas forjarán arados, no se adiestrarán para la guerra, por XP
- En permanente adviento, por Fray Marcos
- Signos de los tiempos, por JAP
- El arte de atender y el pensamiento errático, por Enrique Martínez Lozano
- Alégrate, Jerusalén, porque llega tu luz, por José Enrique Ruiz de Galarreta sj