DOMINGO XXIV del TIEMPO ORDINARIO

Del Evangelio de Lucas 15, 1-11
Se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:

- Ése acoge a los pecadores y come con ellos.

Jesús les dijo esta parábola:

- Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos para decirles: '¡Felicitadme: he encontrado la oveja que había perdido!'. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las vecinas para decirles: '¡Felicitadme, he encontrado la moneda que s me había perdido!". Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.