Fiesta de San Pedro y San Pablo

Hoy celebramos a dos testigos excepcionales, Pedro y Pablo. Pero no nos confundamos, los puntales escogidos por Jesús para edificar su Iglesia eran hombres débiles: Pedro, un laico, pobre pescador, casado, con dudas, que, a pesar de haber convivido con Jesús durante tres años, en los momentos difíciles lo negó; y Pablo un fariseo, que pretendía exterminar la nueva secta de los cristianos.

De ellos se sirvió Jesús para construir, junto a los otros discípulos, la asamblea o comunidad -la Iglesia-, que es el anticipo del Reino. Y es que la Iglesia, nuestra Iglesia, no es obra de hombres, sino de Dios. Por eso los poderes de este mundo, no la destruirán.

Bien es verdad, que estos hombres se dejaron transformar por la gracia de Dios hasta el extremo que Pedro confesó: ¡Señor, tú sabes que te amo! y Pablo: ¡Sé de quién me he fiado! Y lo certificaron con su martirio.

(Kiko Naranjo)