Mercedes Chávez,miembro CVX en Managua, de visita ahora en España nos ha permitido conocer una dura realidad y un sueño para intentar cambiarla.
“Dios siempre se me ha manifestado a través de los más pobres y marginados” nos comparte Mercedes al preguntarle cómo empezó el proyecto.“Cuando tenía ocho años visité una casa de leprosos y me decían que no tenga miedo, que las heridas no estaban en estado de contagio y que podía abrazarlos, y así lo hice llena de miedo, esa primera experiencia definitivamente me marcó”, nos comenta con la voz entrecortada llena de emoción. “Fue de más grande cuando pude conocer a familias enteras minadoras de basura cuya fuente de vida era lo que el resto de la sociedad desechaba”.
(Mercedes compartiendo su experiencia)
El contacto con jesuitas en la UCA (Universidad Centroamericana) de Managua, donde hoy trabaja como profesora de lengua española, le lleva a hacer sus primeros Ejercicios Espirituales. Es en esta experiencia que vio con mucha claridad lo que Dios le había estado pidiendo durante toda su vida: “..era evidente que Dios me hablaba a través de los pobres y me pedía trabajar con ellos y para ellos”.
Es así que conoce la realidad de San Judas, un barrio marginal de Managua. Lleno de chabolas construidas arbitrariamente invadiendo terrenos en donde no existe ni agua, ni alcantarillado. Un lugar donde impera la violencia, las “maras” o pandillas juveniles, drogadicción, etc. Es en ese lugar donde luego de un estudio de la realidad social surge el proyecto JYNCE (Jóvenes y niños con Esperanza). “Luego de dar clases en la universidad voy a trabajar en JYNCE, en el barrio San Judas, donde vivo ya desde hace 10 años. Mis compañeros CVX me apoyan en este trabajo y me ayudan con muchas actividades aunque les da miedo ir a vivir donde yo vivo, y les entiendo pues no es un sitio apropiado para que viva una familia”.
(Chabola y barrio de San Judas en Managua)
Y es justamente ese el trabajo que hace Mercedes como directora de JYNCE, el trabajo con las familias que viven en ese “barrio” del país más pobre de Latinoamérica después de Haití. Este trabajo que ahora atraviesa difíciles condiciones por el recorte de presupuesto de organismos que colaboraban principalmente con las dietas de los niños y jóvenes, también le han traído sin número de problemas. “Una vez, por defender a una chica maltratada por su esposo marero (jefe una pandilla) me amenazaron de muerte. Estuve casi 6 meses nerviosa y sin poder salir sola de mi casa; el miedo que genera la violencia e inseguridad es muy grande sobretodo cuando tienes que levantar cadáveres prácticamente de la puerta de tu casa”. Es que a donde Mercedes vive no llega ni la policía, tampoco el agua, ni la electricidad y muchas veces ni la comida “… muchos de nuestros niños sólo comen una vez al día, y a veces ni eso”.
Así es el día a día de Mercedes, con inseguridades, miedos, violencia pero también siendo testigo de muchas muestras de confianza y solidaridad. “Ahora, luego de tantos años con ellos la gente del barrio confía en nosotros. Tenemos también voluntarios nacionales y extranjeros que nos ayudan en esta labor”. Hay mucho por hacer y muchas alternativas de colaboración con este proyecto que ha llevado a Mercedes a tomar decisiones muy radicales “… mis padres me dicen que estoy loca, que por qué me fui a meter en ese barrio tan peligroso”.
Y yo me pregunto ¿¿cómo podemos ayudar y acompañar a una cevequiana que se atrevió a optar por los pobres de una forma tan radical?? Por lo pronto sólo me queda dar gracias a Dios por haber puesto a Mercedes en este camino, y sobre todo en la vida de tantos niños del olvidado barrio de San Judas, GRACIAS MERCEDES!!!.
(Tarjeta artesanal elaborada por los niños de JYNCE)