IV DOMINGO de PASCUA

Evangelio de Juan 10, 27-30
En aquel tiempo, dijo Jesús:
- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.
Yo y el Padre somos uno.
Orar en Domingo:
- Dar la vida en vida, por Fray Marcos
- Escuchar su voz y seguir sus pasos, por JAP
- Ver la voz, por A. Pronzato
- Bravo por los buenos pastores, por Javier Leoz
- Jesús no delimita el redil de sus ovejas, por José María Maruri sj
- "Mis ovejas reconocen mi voz, yo las conozco y ellas me siguen", por Hermann Rodríguez Osorio sj
- Yo y el Padre somos uno, por XP
- El síntoma de la persecusión, por José Enrique Galarreta sj