DOMINGO XXXII del TIEMPO ORDINARIO

DEL EVANGELIO DE MARCOS 12, 37-44
La muchedumbre le oía con agrado. Decía también en su instrucción: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa».
Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir».
Orar en Domingo
- Los ojos de Jesús, por José Enrique Ruiz de Galarreta sj
- “(...) ella, en su pobreza ha dado todo lo que tenía para vivir”, por Hermann Rodríguez Osorio sj
- Los fondos de inversión del Reino de Dios, por José Mª Maruri sj
- Pobre por fuera, bella por dentro, por Javier Leoz
- Una ilusión engañosa, por JAP
- Los profesionales de la Religión y la viuda, por Xabier Pikaza