Estas son mis pistas de la asamblea, escribir me cuesta mucho pero me sentía en deuda con lo vivido en la asamblea y quería compartirlo, tanto con los que allí estuvieron, para darles las gracias, como con el resto de la comunidad para hacerlos participes.
En la asamblea encontré muchas, muchas luces en nuestra CVX: madurez, piezas de nuestro particular Tetris que encajan (PACs, DEAE, cuerpo apostólico...), asamblea de Santiago, ejemplo de servicio de la coordinadora saliente de AyC, ganas y necesidad de abrirnos a los demás, trabajar en red con otros y compartir los que hacemos y lo que somos.
También sombras: falta de compromisos temporales y permanentes, EE.EE. sin concluir, falta de apertura de nuestra comunidades, dificultades para la concreción en nuestras asambleas.
En cuanto a esto último, nos faltan habilidades técnicas para definir nuestros objetivos, retos y recomendaciones. Los procesos de elección y de consenso comunitarios son complicados pero ya tendríamos que haber encontrado modos de hacerlo. Y lo que es peor, no creo que haya una conciencia generalizada de que sea un problema que nos impide ser un instrumento eficaz para la Misión (con mayúsculas por que no es la nuestra sino la de Dios Padre). Pero sin lugar a dudas la sombra que más nos duele es que nuestra opción preferencial por los pobres, no sea más nítida. Somos ricos, y ya sabemos lo que dijo Jesús de los ricos. Tenemos y tendremos que hacer constantes esfuerzos (oración, EE.EE, austeridad, contacto con la pobreza...) para no pensar, sentir y elegir como ricos. Para mí esta asamblea ha sido un momento de alegría, renovación y una llamada a la coherencia.
Gracias a la coordinadora saliente, a la que tan poco he ayudado y gracias a la nueva coordinadora, siento que estamos en buenas manos.
Gracias a Carmelo y gracias a Ana.
Gracias a mi comunidad, es este caso concreto a los miembros reunidos en la asamblea Andalucía y Canarias por ayudarme a ver lo que yo solo no veo, a oír lo que yo solo no oigo, a sentir lo que yo solo no siento y a llorar la lágrimas que yo no tengo. Ojos, oídos, piel y lágrimas.
Miguel Angel Sosvilla Luis
Presidente CVX - Gran Canaria.
En la asamblea encontré muchas, muchas luces en nuestra CVX: madurez, piezas de nuestro particular Tetris que encajan (PACs, DEAE, cuerpo apostólico...), asamblea de Santiago, ejemplo de servicio de la coordinadora saliente de AyC, ganas y necesidad de abrirnos a los demás, trabajar en red con otros y compartir los que hacemos y lo que somos.
También sombras: falta de compromisos temporales y permanentes, EE.EE. sin concluir, falta de apertura de nuestra comunidades, dificultades para la concreción en nuestras asambleas.
En cuanto a esto último, nos faltan habilidades técnicas para definir nuestros objetivos, retos y recomendaciones. Los procesos de elección y de consenso comunitarios son complicados pero ya tendríamos que haber encontrado modos de hacerlo. Y lo que es peor, no creo que haya una conciencia generalizada de que sea un problema que nos impide ser un instrumento eficaz para la Misión (con mayúsculas por que no es la nuestra sino la de Dios Padre). Pero sin lugar a dudas la sombra que más nos duele es que nuestra opción preferencial por los pobres, no sea más nítida. Somos ricos, y ya sabemos lo que dijo Jesús de los ricos. Tenemos y tendremos que hacer constantes esfuerzos (oración, EE.EE, austeridad, contacto con la pobreza...) para no pensar, sentir y elegir como ricos. Para mí esta asamblea ha sido un momento de alegría, renovación y una llamada a la coherencia.
Gracias a la coordinadora saliente, a la que tan poco he ayudado y gracias a la nueva coordinadora, siento que estamos en buenas manos.
Gracias a Carmelo y gracias a Ana.
Gracias a mi comunidad, es este caso concreto a los miembros reunidos en la asamblea Andalucía y Canarias por ayudarme a ver lo que yo solo no veo, a oír lo que yo solo no oigo, a sentir lo que yo solo no siento y a llorar la lágrimas que yo no tengo. Ojos, oídos, piel y lágrimas.
Miguel Angel Sosvilla Luis
Presidente CVX - Gran Canaria.