Mi verano en Nicaragua. Una mirada más allá

Este verano se me ha hecho realidad un sueño: tener una mirada más allá de mi visión actual del mundo.

Me sentí sobrevolando Managua en avión y podía ver las luces tenues de esta ciudad. Al bajar del avión noté la intensa humedad. En la puerta del aeropuerto, una mujer, Emilia, nos esperaba mostrando el corazón de Fe y Alegría ( www.feyalegria.org ). Alegría por pisar estas tierras y poder compartir una pequeña dosis de su vida cotidiana, sus ilusiones y deseos de tener una vida mejor. Fe que alimenta la esperanza de que cambiar las cosas es posible.

Con cinco compañeros más iniciamos la experiencia con unos días en Managua conociendo la historia de Nicaragua, el trabajo de Fe y Alegría con la ayuda de Silvio, Fernando Cardenal…, Conociéndonos mejor, adaptándonos a las ocho horas menos, al horario Nica… Otras costumbres, otra forma de ver la realidad… Una oportunidad de conocer coles de Fe y Alegría y comprobar que es verdad que están donde termina el asfalto. Desolador ver el centro de Managua destruido desde el terremoto de los 70.

Y mi destino final: Somotillo, en Chinandega… Al Norte del país, a cinco Kilómetros de la frontera con Honduras… El colegio San Ignacio de Loyola, empezó debajo de un árbol gracias a la fe y alegría de personas como Juanita Petrick, Marling… y hoy el árbol ha dado fruto en un centro educativo que cuida de dar una educación de calidad. Los pobres no pueden tener una pobre educación. Los profesores son un ejemplo de dedicación a los chicos y de trabajar al máximo con pocos recursos. Los “chavalos”… trabajadores, en su mayoría que hacen el esfuerzo de ir a clase y aprender. Todos nos han acogido con mucho cariño y nos han hecho sentir en casa. ¡Cómo olvidar sus caras, sus muestras de cercanía…! Y mi pobre aportación de apenas tres semanas…

Por las tardes he podido compartir el trabajo de las personas de la oficina regional: Mercedes, Carla, Enys… Los detalles de buena acogida de Rachel, que nos acompañó durante toda la estancia facilitándonos la experiencia.

Y la vuelta a Managua para ver las bellezas naturales del país. Creo que las principales ya las conocíamos por entonces: las personas que habíamos dejado atrás en Somotillo.

Si, seguramente he soñado que compartía por un instante la suerte de los pobres, que formaba parte de otra manera de vivir y ver la realidad… Porque hoy abro los ojos y veo una ciudad muy iluminada, con grandes escaparates donde puedo encontrar mucho más de lo que necesito o deseo. Voy a un colegio maravilloso donde sobra material didáctico, los chicos están muy bien equipados, llegan puntuales a clase custodiados por sus padres. Estudian en aulas en donde todos tienen la misma edad, aunque a algunos también les falta motivación para aprender…

Lo que si os puedo asegurar que sea realidad o sueño… una parte importante de mi corazón se ha quedado en Nicaragua junto a muchas personas queridas. Algo ha cambiado en mi forma de mirar al mundo. Muchas gracias Fe y Alegría Nicaragua.

Muchas gracias, Entrecul turas ( www.entreculturas.org ) que por medio de Experiencia Sur nos ayuda a abrir una ventana al mundo y a hacer este viaje “interior” hacia la verdadera solidaridad

Inmaculada Romero Rodríguez

CVX en Elche

Enlace del Equipo de Migraciones