DOMINGO XXIII del TIEMPO ORDINARIO

DEL EVANGELIO DE MARCOS 7, 31-37
Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él.
El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!» Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban.
Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Orar en Domingo:
- ¿Qué esperas de Dios? Por José Enrique Ruiz de Galarreta sj
- No podemos pensar en un Reino de Dios puramente espiritual, por Fray Marcos
- Camino hacia la comunicación, por la CELAM
- Abrir los oídos, desatar la lengua. ¡Fiesta de la comunicación! Por XP
- Llenos de admiración decía: Todo lo hace bien, por Hermann Rodríguez Osorio sj
- Comunicarse, por JAP