SANTIAGO 2009: DOCUMENTO, PEREGRINOS como IGNACIO, CAMINANDO como CUERPO APOSTÓLICO

Para comenzar la asamblea, hemos querido observar nuestra comunidad, con sus luces y sus sombras, sus deseos y sus omisiones. Así nos hemos presentado ante el Señor y no hemos recibido de Él reproches, sino el abrazo de un Padre sobre su hijo. Esto nos hace reaccionar, nos cambia y desarma, queriendo dar un paso adelante, hacia Él, y plantearnos qué ha hecho nuestra comunidad por Cristo, qué esta haciendo y qué va a hacer por Él.
Querríamos, humildemente, dar alguna luz que nos haga caminar en el reto ya planteado en nuestra asamblea mundial Fátima 08: ser una comunidad profética. Allí se nos invitaba a adquirir de los profetas su actidud de “MIRAR el mundo con los ojos de Dios, ESCUCHAR con sus oídos el clamor angustiado del pueblo cuando pide justicia y SENTIR con el corazón de Dios, que se conmueve ante su sufrimiento”. Entonces, y sólo entonces, podríamos hablar como profetas de la palabra de Dios. Nuestra comunidad debe ser especialmente fiel a trabajar por la justicia desde una opción preferencial por los pobres con un estilo de vida sencillo. Debemos tener presentes las prioridades a las que hemos sido convocados particularmente como Comunidad Mundial (el fenómeno migratorio, la atención a los jóvenes y la vida familiar) y sentir con la iglesia la preocupación por la situación actual, en España y en el mundo, provocada por las relaciones económicas injustas.
Hemos querido ver como respuesta a este reto, la necesidad de renovarnos, de ser una nueva comunidad, con una organización más orientada a la misión, con una mejor comunicación entre nosotros y, como los primeros compañeros de Ignacio, con una nueva fraternidad en la comunidad, teniendo “cuidado y entendimiento unos de otros”. Pero no es la Comunidad nueva la que creará hombres nuevos. Son los hombres nuevos quienes formarán la nueva Comunidad.