Veraneo, de Luis Espinal, SJ

Señor, te echamos de menos en la playa. A veces parece que queremos descansar sin Ti, como si Tú nos fueras a aguar la fiesta.
Nos desagradan estas vacaciones de vegetal, que sólo consisten en bañarse, comer y flirtear.
Enséñanos a veranear. Danos unas vacaciones que lleguen hasta el espíritu, hasta lo más noble de nuestra persona.
Queremos aprender a buscar el descanso en lo sencillo y frugal, en el arte, en la amistad, en el trato más esponjado Contigo.
Ahora que estamos más en contacto con la naturaleza, quisiéramos avivar el instinto de verte en todas las cosas y en todas las personas.
Que el contacto con el campo nos devuelva la espontaneidad y la sencillez. Haznos olvidar las superestructuras de nuestro intelectualismo y de nuestra posición. Devuélvenos la frescura del sentimiento.
Quisiéramos ser sencillos y alegres como una gota de agua o una brizna de hierba; recuperar un espíritu sano, sin neurosis ni complejos, para poder amar mejor.
Te pedimos por tantos millones que no tendrán veraneo; lo necesitan más que nosotros, pero un orden social injusto no les permite disfrutar de un mundo que también creaste para ellos. Que su recuerdo nos enseñe que es pecado el despilfarro, porque tal vez son ellos quienes “pagan” nuestro veraneo.