MARÍA ARAMENDÍA: "DEBERÍA HABER una MILI de la SOLIDARIDAD"

María Aramendía, nuestra compañera de CVX en Pamplona, aceptó que le hicieran una entrevista para el Diario de Navarra, para dar voz a los que desde Ceuta no tienen voz y hacer visibles a los inmigrantes que viven allí. Decidió que este año su Semana Santa sería diferente, y lo ha conseguido: ha convivido con un grupo de hindúes desamparados que protestan en Ceuta.

Han sufrido penalidades casi inenarrables. Hace cuatro años, abandonaron la India buscando un futuro mejor en Europa, pero el afán de lucro de las mafias les ‘desembarcó’ en África. Tras ser detenidos varias veces, realizar una dura travesía por el desierto y caer en manos de los traficantes de personas, llegaron por fin a Ceuta. Hoy, 54 de los 72 hindúes que emprendieron rumbo hace años estánde huelga en el monte ceutí, ante el anuncio de que les van a deportar. María, arquitecto de profesión y vinculada a los Jesuitas, presenció esta Semana Santa en primera persona el drama de estos inmigrantes. Le acompañaron 21 jóvenes más que se alojaron en la casa de Cande y Paula, dos monjas vedrunas que acogen con hospitalidad a los que quieran conocer esta realidad más de cerca.


¿Nada volverá a ser lo mismo tras esta Semana Santa?
Es como una pequeña herida que uno tiene, no ha habido un cambio radical en mi vida pero sí que me ha abierto una ventana que deja mucho mundo por descubrir. No había vivido experiencias similares y el choque ha sido radical.
¿Te imaginabas que había casos tan extremos antes de viajar a Ceuta?
Es que no sabía en absoluto lo que íbamos a vivir. Y el tema de inmigración me parecía muy lejano, como nos pasa a todos; lo lees en los medios y no te llega, hasta que les pones caray te cuentan de viva voz sus experiencias y lo siente mucho más. Pensaba que tendríamos un clima de oración y de meditar la Semana Santa, pero lo bonito fue vivir la oración desde religiones muy distintas.
¿Y una se siente impotente ante tanta injusticia?
Te sientesmal por no estar sensibilizado con este temay por la ignorancia que tenemos. Y también impotente. Es importante meter presión a los gobiernos, pero más todavía empezar a actuar desde uno mismo y ser sensible al dolor de otros.
¿Qué recuerdo imborrable de Ceuta te trajiste en la maleta?
Que es gente que vive en absoluta pobreza pero tiene el corazón lleno de alegría. Pensábamos
que íbamos a dar, pero recibimos mucho más. Había medios de comunicación que al entrevistarles les pedían que se pusieran algo melancólicos, pero no les salía.
¿Y un olor que destaques del viaje?
¡No sé! Pero un sentido sería el tacto. El Jueves Santo celebramos el lavatorio demanos unos a otros,y el tacto de las manos de los hindúes es imborrable.
¿Te has sentido como la voz de los inmigrantes?
Con esta entrevista sí, lo hago por ellos. Ellos sentían que con nuestra presencia mandaban luces a la tierra prometida, más desarrollada... y todos nos hemos traído ese compromiso de difundir ese problema en lamedida de lo posible.
¿Conocer estas realidades ayuda a buscar el cambio con más ímpetu?
Sí, eso es. También comentábamos que debería ser obligatorio. Así como antes estaba la mili, esto debería ser la mili de la solidaridad: tener una experiencia así al terminar el cole, que no tiene que ser ni de una semana.
¿Al llegar a Pamplona, no se diluyen un poco los recuerdos y las ganas de acción?
Uno se enfría y vuelve a su realidad, pero lo curioso es que en nuestro grupo no paran de llegarnos mails sobre el tema. Llegará un momento en el que la motivación se diluya, pero queda una cicatriz y una marca de que algo ha pasado.
¿Crees que a este grupo le espera un final feliz?
Les deseo lo mejor, pero es complicado. Hay que coger el problema de raíz e ir al país para intentar frenar esas mafias. No pueden volver atrás porque sus familias están muy endeudadas. Son emigrantes económicos que no quieren ser refugiados; tenían la ambición de salir de su país para tener una vida mejor, pero nadie les avisa de lo que ocurre aquí.