¿QUÉ ha PASADO?

He escuchado, Señor, la noticia
de que tu poder supera todo poder,
de que tu vida es más fuerte que toda muerte.
He escuchado la noticia
que circula por ahí...,
y todavía no brinca mi alma.
Mi alma sólo pregunta: ¿Qué ha pasado?
Mi alma, Señor,
como el alma de los discípulos de Emaús,
sólo quiere evidencias,
es lenta y de corazón terco
para creer y comprender
lo que anunciaron los profetas.
Siguen otros cantando aleluyas
y repitiendo por doquier: "Ha resucitado".
Yo, Dios, dentro de mí lo repito también,
pero sin fuerza,
sin creérmelo mucho,
sin comprender demasiado
en qué cambia mi vida esta noticia.
Y yo sigo repitiendo la noticia...
Quizás Tú también me resucites
de esta apatía en que vivo.
Yo, Dios, dentro de mí,
espero una resurrección:
salir de mi noche y unirme a tu victoria.