La VIDA, como SERVICIO

“No permitas jamás que alguien venga a ti y se aleje de ti sin ser mejor y más feliz. Conviértete en la expresión de la bondad de Dios, bondad sobre tu rostro que se asome por tus ojos, bondad en tu sonrisa y en tu saludo. Ofrece a los niños, a los pobres, a los que sufren una sonrisa (…). Dales, no sólo tus cuidados, también el corazón”.