CRISIS, PARO y ESPERANZA

El viernes 1 de mayo, celebraremos la fiesta de San José Obrero. Con este motivo, el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera de Málaga ha emitido un comunicado en el que denuncia que la situación económica en la que estamos inmersos manifiesta que “lo que está en crisis es algo más profundo. El modelo de persona y sociedad está provocando un grave proceso de deshumanización que nos está ‘calando’ hasta lo más constitutivo de ser persona”.
Según este comunicado, el mensaje que se transmite es: “existes si produces y vives para consumir”. Para el Secretariado, este mensaje “se aleja claramente del sentido profundo de lo que como Humanidad estamos llamados a ser”.
Por eso, se sienten “urgidos para que los cristianos y comunidades de nuestra diócesis tomemos conciencia de los efectos que está produciendo la crisis en muchas familias” y realizan una serie de propuestas.
Entre las propuestas que el Secretariado propone, destaca la de “cuidar nuestra espiritualidad, cultivando momentos de encuentro y oración, tomando en serio la opción por un estilo de vida más austero, sencillo y auténticamente humano”. También proponen “acompañar a las víctimas de la crisis” (parados, inmigrantes, víctimas de la siniestrabilidad laboral...), “para que puedan defender sus derechos y mejoren sus condiciones de vida. Crear espacios de acogida y apoyo como compañeros de camino, buscando soluciones dentro de nuestras parroquias y organizaciones”.
Según el comunicado, la Doctrina Social de la Iglesia ofrece numerosos textos que pueden servirnos de guía y que se pueden dar a conocer a través de charlas, manifiestos, hojas parroquiales, etc. Por último, señalan diversas formas de hacer realidad la Esperanza que brota del Evangelio: “Es necesario –dicen– cimentar nuestra sociedad en unos valores auténticos que posibiliten un modelo de ser persona, de desarrollar la cultura, de entender la economía y la política.
Un sistema que no esté todo basado en el sistema de producción y en el consumo, sino en conseguir la dignidad de todas las personas y luchar contra la pobreza. Como Iglesia podemos y debemos anunciar que el mensaje de Jesucristo nos invita a redescubrir una forma distinta de vivir y construir la sociedad y nos hace una llamada a comprometernos por construir un futuro que exige un profundo cambio en nuestros estilos de vida, en nuestra cultura...”.