TALLER de ORACIÓN en VALLADOLID

Los pasados 20 y 21 de febrero CVX organizó un taller de oración personal en una casa de oración que la Diócesis tiene en el centro de Valladolid (Centro de Espiritualidad). La idea era, por un lado, formar en la oración de metodología ignaciana a las personas de CVX que están en la etapa de iniciación; y por otro lado ofrecer esas mismas posibilidades formativas a cualquier laico de la Diócesis que quisiera profundizar en su encuentro personal con Dios, como un servicio abierto al resto de la Iglesia local.

La verdad es que la acogida fue mejor de lo que esperábamos, casi 20 personas, 50% ceuvequianas y 50% no, y eso que apenas lo difundimos en dos parroquias (una de ellas, de la Compañía, lógicamente). Los objetivos eran: a) Ayudar a descubrir la experiencia de la oración personal, mediante un lenguaje sencillo. b) Practicar diversos métodos de oración y buscar el que mejor se adapte a cada persona. c) Capacitar a los asistentes para que preparen sus propias oraciones en el futuro, para sí o para otros (movimientos). Y creo que los tres se cumplieron por Su presencia.

La Comunidad de Valladolid quiere compartir con el resto de la CVX-E esta sencilla experiencia por tres motivos:

- Por nuestro agradecimiento a Dios por constatar que sigue ayudando, actuando, sanando y alentando a las personas mediante la oración (visto ahora “desde fuera”).

- Por ofrecerlo a otras Comunidades locales que lo quieran realizar para sus miembros de iniciación y/o para su Diócesis. (Contactar con taller.oracion.valladolid@gmail.com)

- Y sobre todo por lo que tuvo de colaboración activa y fructífera, tanto con la Compañía de Jesús como con la Diócesis, que confiaron en nuestros contenidos y apoyaron la difusión. En esta línea

queremos seguir profundizando para hacer más extensiva la experiencia a cualquier laico de cualquier pertenencia eclesial.

Quizá lo único bueno que pueda tener la crisis es que pueda suscitar más anhelo de trascendencia en las personas, en las que sepan separarse de lo material, y volver a lo esencial que, nosotros, laicos ignacianos, creemos que es la relación misma de la criatura con su Criador.

Y para terminar, algunos comentarios de los asistentes:

“Aprendí un montón de esos métodos utilizados para la oración, (…) Me sirvió para darme cuenta de muchas cosas. El poder dedicar enteramente un día para Él, fue para mí un regalo. Muchas gracias por todo”.

Vanessa Morais

“La primera que oí hablar de métodos de oración fue a principios de este curso, y cuando lo escuché miré a mi alrededor a ver si era la única con cara de extrañada que se estuviese preguntando cuántas maneras de rezar existían.

Al final descubrí que eso de los métodos de oración no era nada raro, que se parecía a cosas que, incluso alguna vez en mi vida había hecho yo también, aunque muy “a mi manera”. El taller me sirvió para poner nombre a esas “cosas” que hacía antes, a darle estructura a mis oraciones, y a hacerme consciente de lo que hacía y por qué.

El material me pareció muy completo y las charlas muy claras. Aprendí mucho y esto, unido al buen ambiente que acompañó la actividad, hizo de ella una experiencia m

uy bonita que me ha servido para crecer interiormente. ¡Muchas gracias!”.

Raquel Peñalba



“Gracias por el taller; ha sido muy constructivo, creo me ha valido de mucho y me ha gustado de verdad. Y he empezado a practicar la oración, espero ser capaz de ser constante. En cuanto a vosotros, CVX, es buenísimo que haya gente comprometida dispuesta a ofrecer servicio y acogida. Doy gracias a Dios por esta oportunidad”.

María de Grado


“(…) Quiero hacer partícipe a toda la comunidad de la riqueza de esos días, de las Gracias allí derramadas por el Señor. Me cuesta escribir en primera persona, siento con más fuerza el sentimiento allí compartido por todos de que la voz del Espíritu tenía una palabra escogida para cada uno según nuestro momento vital. Espero y rezo para que seamos dóciles y esa palabra sea pista e impulso en el caminar. La palabra que ÉL tenía para mí: “confía en mí...”

Mis propias palabras: “GRACIAS”, a TI, mi Dios, y a vosotros, Juanda, Rober, Susana”.

Moisés Lozano