Día Mundial en Salamanca. ENVÍO DELEGADOS a SANTIAGO 2009: BENDÍCEME, SEÑOR

Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar
que sepan dar sin calcular
y tengan fuerza de bendecir y consolar.



Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad

y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;

que vena detrás de la superficie

para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.


Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz

y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman

y piden que las oigan y comprendan

aunque turben mi comodidad.



Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti

y no diga nada que hiera o destruya;

que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,

que consiga despertar sonrisas.


Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu

y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría

con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí

con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

Sabine Naegeli